domingo, 15 de febrero de 2009



Por : Juan Carlos Gómez Rodríguez





Escucho a mi cuerpo: la muerte sí que es fértil
y la vida no da sino vida caduca,
a menos que un cuerpo... se exprese en otro cuerpo.
Mahmud Darwix





(en el día 27 de Noviembre de 1950)


Disuelto en la memoria
afinadas las músicas del alma
como un ciego que ya no implora
unas pocas monedas de suerte

como un sordo que deshace melodías
sobre sus burdos tímpanos de piedra
como una marioneta que el tiempo anuda
me abandono a un presente de brazos de salitre
que oxida mis emociones

ahora es el tiempo de mirar la inmovilidad del mundo
a través de esta exigua ventana
a través de la luna del armario
a través del ojo de la cerradura de uno mismo
para leer con contenida voz el epitafio
que la vida me tiene preparado

"vivió para sentirse muerto"

pues está llegando el tiempo en que morir no importa
morir es arrastrar esta mortaja
porque ahora sé que hace tiempo que estoy verdaderamente muerto
los pájaros nocturnos
que aletean en mis ojos resecos
me lo han dicho
y ardo de soledad en la cama vacía
que ya no ofrece auroras
que no es barco sino puerto último
donde voy conquistando simas silenciosas
para gritar ¡madre!

sé que mi morada será el útero de la tierra
que ahora siento próxima y definitiva
en ella me embadurno con su polvo de olvido

descubro en mi la ceremonia del adiós
mirando este techo lleno de lejanías
donde veo el semblante de todos mis ahogados
que fueron sucumbiendo en mareas distintas de amargura

en mi conciencia tengo manojos de ausentes
búcaros de quimeras
por eso esta ofrenda será para la vida
que me brindó sus monedas de usurero







(en el día 28 de Noviembre de 1950)

Entre los claroscuros de la lámpara
y las mortecinas manchas del tiempo
surge un dolor
que anega mi voluntad

voz que viene a perturbar a los moribundos
a los despojados
a los definitivamente perdidos

mis últimas auroras
rasgadas banderas desplegadas
han de ser mis recuerdos

en ellos me sujeto
como si me aferrara a una brizna que pende del abismo
para justificar tanta inutilidad

pero cada aurora resultó ser un mordisco
dado en el cuello de mi universo
mitad dolor mitad placer

en mi delirio
veo fantasmas petrificados cubiertos de pintura
que viajan a capricho en un caballo de vatios
o se esconden entre los pliegues de las cortinas
o se camuflan en las curvas de la escayola

todos llevan en su sí
una parte diezmada de mí rostro
todos tienen
una vieja mirada en sus ojos inmóviles
todos marcan
un elíptico ritmo y sus voces resuenan
como desde un megáfono
en lo alto del techo

ellos saben quien soy bien me conocen
y su tacto recubre las falanges
de estos dedos artríticos

aún percuten sus sexos
en el laberinto extenuado de mi sexo
y me hacen soñar en su deriva
confusos despertares


(en el día 29 de Noviembre de 1950)

Dame un empujón y arrójame al ensueño
tiempo porque soy tu monigote
y sufro embarrancado
en el fango de la realidad
que siempre ha sido un filo
demasiado preciso entre tus manos hábiles

cuando me deslizo por tus aguas sosegadas
puedo vislumbrar cómo será el viaje

cuando lo emprenda
puede que vaya a posarme en los lugares
en donde tuve un leve destello de felicidad
donde mi corazón se convirtió en un rayo de sol
y en su sombra conquisté el silencio



(en el día 30 de Noviembre de 1950)


Bajo la ventana hay un violín que toca las cuatro estaciones
a veces agradezco su rutina
en especial cuando es la Primavera
la que suplica al otro lado del cristal
mientras está nevando
porque sigue cayendo en este cuarto
una gran nevada silenciosa

entonces adivino que es una mujer
esa que hace vibrar el violín
atento
agudizo lo que aún tengo de instinto
y puedo intuir sus dedos
cuando pulsan las cuerdas
el cuello en ladeado escorzo
un opaco abandono tras los párpados
su rostro pálidamente hermético
y aparece un nombre empapado de Atlántico
Ruth
la bella Ruth que me trae un manojo de hojas oxidadas
la bella Ruth de mis noches rendidas en sones esmeralda
la que estaba detrás del horizonte cuando era de papel
la ingrávida en el campus
la que hoy es fantasma que descubre la música
entre los anaqueles del recuerdo

Ruth estatua de la felicidad perdida
ya no quedan cuchillos para rasgar tu recuerdo
fuiste un tesoro cargado de dolor en las praderas de Jersey
una brisa azulada en los otoños de Jersey
una rosa marchita en su frontera
olvido en la montaña rusa del delirio
un escombro manchado con asfalto
un vestido de oxido
una palabra hurtada y rota
un puñado de poemas melancólicos
sobre la inútil mesa del destierro

( en el día 1 de Diciembre de 1950)

H e pasado la noche rasgando la corteza de mi vida
corteza de roble viejo de mi tierra
que sólo espera la compasión de un hacha

la aurora descubre cual mi finitud
con tímidos rayos de luz temprana
que apaciguan la fiebre
porque recordar y arder son ahora la misma cosa

cuando todo se ha consumado en una combustión lenta
las clases los cafés las librerías
entre los que me fui quebrando
palabras de brillos clandestinos
amontonados fardos de saber
citas sobre una vida en el margen angosto de una página
casi inventada desde la ficción de la literatura
mi única amante irrefutada

pero aquí estoy por fin desprovisto de oficio
cuando miro este espejo enfrente de mi cama
y me encuentro liberado al fin de la apariencia
asesino de mi personaje favorito Benjamín Cuerda
caminante extraviado que aparece
en la tierra de nadie
sin crédito sin nombre sin historia




(en el día 2 de Diciembre de 1950)

Hace días que sólo floto a merced de pensamientos
en un vaivén confuso

¿hacia dónde me lleva este flujo caudaloso?

el rumor de la vida en la calle
los vecinos llamando a voces a sus hijos
la música de la radio que se estira
a través de las persianas entornadas
dicen que aún no estoy muerto
que estoy aún entre ellos apresado en mis ganas de huir
porque desde que tengo uso de razón estoy huyendo

pero yo creo que sí
que estoy ya muerto
ya que escucho la voz de mi madre
joven aún
voz de ángel moreno que no miente nunca
llamándome
para que suba las escaleras de la muerte de vida en vida
en busca del horizonte de su abrazo



(en el día 3 de Diciembre de 1950)


La fatiga no está en las articulaciones
está al otro lado del balcón
las trampas están en el horizonte
vanidad de gorrión que infla su pecho
y vuela de árbol en árbol buscando el mejor nido
cuando hoy llueve
como en aquel invierno del treinta y ocho
una cortina de llanto plomizo que rebotaba en los adoquines
canción fúnebre de la despedida
que rebotaba en los baúles de la desesperación
que rebotaba en el resplandor de las detonaciones
que rebotaba en las vísceras del miedo acurrucado
que rebotaba en el partir de los inocentes con botas desabrochadas
en el hambre en el desconsuelo en la intransigencia en el hedor
en las cicatrices que nunca se borraron
porque hoy sigue lloviendo sobre aquellas imagenes
que nunca han dejado de dormir conmigo
ya que nunca ha dejado de lloverme desde entonces
desde sus muertos y sus desheredados
desde los taconazos y la repugnancia de las espuelas
desde los trenes que exhalan vapor mientras se desperezan
desde el miedo que impide
el llanto de los niños
sigue lloviendo
para anegar todas las cuartillas que perdieron la inocencia
para guiar el pulso por unas manecillas que giran al revés
para desfigurar los horizontes




(en el día 4 de Diciembre de 1950 )



Toda la noche navegando en el oleaje de aquel poema

"puentes para la gloria
limosnas para el frío

mis cabellos se empapan
en la ceremonia del sudor

soy la consecuencia
de un espejismo

la zambullida lapislázuli
en la vanidad"

jugando con el poema hipnóticamente
hilvanando sus palabras como perlas de un rosario

"limosnas de sudor para un espejismo lapislázuli"

cubierto de irracionalidad
abstractamente descompuesto en prismas de sonido
palabras que me eligen como espíritus leves

"fríos cabellos de vanidad
espejismos de gloria"

caían
por el agujero angosto de un alambique subterráneo
volaban
por la bóveda celeste de este techo
resurgían
en cada pliegue de la almohada
como alhajas robadas al insomnio

"puente de vanidad soy
lapislázuli espejismo que empapa la ceremonia de la gloria"

mientras persiste la noche como un tubo
por el que discurro apenas
sin detenerme a mirar por donde paso



(en el día 5 de Diciembre de 1950 )



Grietas
grietas que cruzan el techo
oblicuamente buscando
el camino final del horizonte

grietas que corren que estallan que crepitan
que llegan hasta el borde del armario y se reflejan
en el agua picada de la luna
hondas grietas de hondura que se inclinan
por la pared desierta en dirección al suelo

vertiginosamente
en caída libre
relampagueando
atraviesan
la cabecera de este páramo donde se estrella el tiempo
como un meteorito audaz que se precipita ensordecedoramente
obedeciendo un oculto designio

las siento como abismos que rasgan el miedo
entro por ellas
hacia simas de oscuridad
desciendo
aprovechando la rugosidad de los ladrillos
y evitando los túneles de electrones que viajan
a la velocidad del pensamiento
como arterias sacras
enfangado en el cemento llego
siguiendo el rastro de las cañerías hasta los últimos pilares de la
/tierra
me oculto en su humedad umbría

apenas ya respiro y me confundo
con una humilde piedra que no palpita
que quedó puesta ahí por un dedo confuso
¿cuál será su propósito?
me tumbo a su costado
paralelo al silencio
nada pesa
cierro los ojos y recorro la historia
desahuciado comienzo a ser el heredero de la vida
y siento que por fin
vislumbro en las estrellas
un punto de descanso



(en el día 6 de Diciembre de 1950 )



La esbelta ingravidez de su tacón de aguja
la cicatriz lineal de la costura
de las medias de seda
la geometría rígida del exiguo equipaje
sostienen su eco triste en el pasillo
que conduce a la nada
Amalia
la de la voz sureña de Tenochtitlán
sus uñas carmesí arañan la nostalgia

Amalia espiral
silueta del adiós en mi almohada
su marcha se quedó como un pistoletazo
en la pared del cuarto
y yo no supe irme
en un pliegue azulado de su falda plisada

ahora que las hojas desprendidas de los almanaques
anegan el otoño de mi gabinete
y las horas perdidas empapelan la conciencia
Amalia vuelve
gruesa trenza azabache
vuelve y danza al pie de las fogatas
empapando su blusa
vuelve para traerme aquel verano de Veracruz
de música y tequila
ahora que la sed me reconcome

Amalia maya
veinticinco lunas la cortejan
veinticinco manantiales brotando de su escote
anegan el desierto de mi soledad
diosa del vértigo y del trigo
manojos de mies rotunda se abrían a su paso
cada vez que movía la cintura
Amalia del destino
paloma que devora gavilanes
alzaba sus ojos de peyote
por encima del tiempo
deshacía el cansancio con un gesto del hombro
sobre la lechosa pared del mediodía
Amalia amante
cuentas de amanecer se engarzan a su cuello
sudor perlado destilan sus suspiros
y yo no supe irme tras su falda plisada
y yo no supe irme tras su pliegue azulado
y yo no supe irme …
me quedé en mi cansancio
me quedé en el pasillo que conduce a la nada


(en el día 7 de Diciembre de 1950)


Con ellas traspasaste el umbral del horizonte
crines blancas
bajaron hasta el valle veloces
atravesaron las dunas de Arcachon
flotaron en el mar
tú las seguías
con la mirada azul de la sorpresa
quisiste detenerlas
subirte a su relincho
flotar sobre la mar hacia un país soñado
-la mirada de un niño siempre va más allá-
más allá de la aventura
más allá de la brisa y la corriente
más allá de los cascos veloces
yo te frenaba Julio Cuerda
abarcando tu mano con la mía
pero cómo se frena un torbellino

crines metálicas
atravesaron el Jarama aquel Febrero
después en primavera sólo brotó el cardo y la ortiga
el negro humo de las columnas
se precipitó por el horizonte
tú las seguías
erguido de bandera
-la mirada de un joven siempre va más allá-
más allá de las balas
más allá del viento y el miedo
más allá de la sangre caliente
subiéndote al aullido Julio Cuerda
subiéndote al aullido de una ametralladora
y quise detenerte
abarcando tu pecho con mi abrazo
pero cómo se frena un torbellino

cofias blancas
atravesaban silenciosas los pasillos
cuando el dolor nos salpicó la frente
sigilosos vuelos al amanecer
te acercaron al horizonte
tú los seguías
la mirada vacía de futuro
-la mirada de un moribundo siempre va más allá-
más allá del dolor
más allá del instante y la palabra
más allá de los sueños
y quise detenerte Julio Cuerda
abarcándote el pulso con mi pulso
pero cómo se frena un torbellino
que se va para siempre
que se aleja


(en el día 8 de Diciembre de 1950 )


He abandonado el sudario del lecho
para rendir la última visita a cuanto fue de mi

el pasillo es un susurro de zapatillas

su lenta progresión me van llevando
hacia el universo de mi gabinete

todo mantiene un orden extraño
por que un silencioso limbo pétreo
se apoderó de cuanto tubo vida

ahora se trasluce la muerte en su silencio

todo tiene
la penumbra del museo personal que se empecina
en que no se te olvide
todo conserva
ese talante de aquel momento último
en que cerré la puerta con el pecho horadado de fatiga

contemplo cada palmo de este cuarto
cubierto por gruesos cortinones
en la mesa
se apilan las cuartillas en posición geométrica
implacable montón que ya no he de escribir
plumas y lápices
velan la vuelta de mi voluntad
la máquina Olivetti
teclea con las sombras las palabras “no tardes”
pero los libros saben que no voy a volver
los libros que ostentaron
mi fuerza entre sus páginas comprenden
que ya mi mano trémula
no les rescatará de su ceguera

fui un hombre de papel

sangre de sueños
poblaron cada átomo con celulosa y tinta

fui un hombre de papel
y ellos lo saben
por eso no abandonan su posición de alerta
fieles a cualquier gesto inesperado
para otorgarme una vez más las alas
que me saquen del fuego

pero ya no es posible y como papel ardo
me consumo en ceniza que apenas deja estela
en volátil ceniza al capricho de una corriente de pasado
un hombre de papel que se enfrentó a molinos de realidad
desde esta piel de roble endurecida


(en el día 9 de Diciembre de1950)

El llanto de un niño que acaba de nacer trepa
por los pilares de la noche
irrumpe desbocándolo todo
sacándome de la inconsciencia en que derivo
apartándome de este mundo mínimo del techo
descendiéndome hasta el secreto de la vida

no lo acalléis
dejadle libre
un niño no molesta a los perdidos
es una guía malva para la travesía ciega
yo también tuve un tiempo de lloro y leche
yo también rasgué la tenebrosa luna con las uñas
yo también pateé la puerta del silencio
también puse mi grito al servicio de la esperanza
y fui promesa de continuidad

yo también
yo también
yo también

dejadle pues
dejadle



(en el día 10 de Diciembre de1950)


Girando girando girando
danzábamos alrededor de su sillón de cuero

el reloj de bolsillo dejaba escapar un vals
cuando lo abría

taram taram taram tantan

-danza Benjamín Cuerda ponte derecho
no vayas a pisar las faldas de tu dama

y yo iba danzando abrazándome al aire
meciéndome en las notas
oleajes perpetuos
confundido en las vueltas
penetrando despacio
en la cajita dorada del reloj

taram taram taram tantan

al pasar saludaba con el sombrero hongo Horacio Cuerda
marcándome el compás con el bastón de ébano

mientras se fue quedando solo entre las vueltas
con la pechera blanca almidonada
y su traje impecable de paño negro

el traje cada vez más grande
él más enjuto

ahora abre temeroso la tapa del reloj y
taram
ya no hay danzarines
sólo atmósfera densa de luz difusa
taram
Julio se fue envuelto en seda roja
madre marchó envuelta en arpillera
taram
y en el sillón de cuero Horacio Cuerda
las horas se detienen
tantan
construiré un zeppelín color rojo poniente
para que usted navegue en él Horacio Cuerda
con ademán pausado
saludará a la aurora con los versos de Homero
como cuando el destierro nos sustrajo la última mirada
y volando
dé vueltas a la lámpara del cuarto
con rumbo al horizonte de los inmortales

desde allí padre
haga usted tic columpiando el reloj
haga tac para acunar mi tiempo


(en el día 11 de Diciembre de 1950)



Vivo este instante en un cuadro de Hopper

en un pequeño mundo
sumido en irrealidad plástica de silencio

cuarto de densa atmósfera proyectada al vacío

desde la luz cinabrio intermitente que inunda
este rincón del corazón
observo
brozo y desbrozo
me sobresalto
con los diferentes perfiles que aparecen
recibo a los fantasmas cuando acuden
con ramos ya marchitos de visita
me afirmo en su recuerdo
febril
ando y desando
la brújula del sueño

espero en el silencio
del vaso que reposa su sed junto a mi mano
o es mi sed aquella que se ahoga
en un mar de desafinadas melodías…

el duende de la luz
convierte el agua en burbon
milagro que libera
mis labios y mi pulso
y así voy desandando mi desierto

/la vuelta es más penosa que la ida
porque sabes el fin
porque ya eres del fin/
en esta ciudad lejana
de este país lejano
de esta lengua lejana
que quiso ser la quilla que embarrancó en la arena
y aturdido de ausencias reconvierto
el ruido de ahí afuera
en una plaza lenta y porticada
donde se habla despacio mirándose a los ojos

muchos son los matices de la huida

al huir te liberas
en la huida pereces
de la huida eres preso
al huir siempre vuelves

¡canta esclavo del aire !
canta y bebe
palabras que se escapan por los ojos
misterios del licor que se desprenden
de la última gota que derramas
en el lecho invernal donde no duermes

acumula tus años de fatiga
en el fondo del vaso crece el duende
cantando tus fulgores ya perdidos
rompiéndote la voz cuando no puedes...



(en el día 12 de Diciembre de 1950 )


No os menosprecio a vosotros que levantasteis la pared de
/ vuestra fe
yo como Whitman no os menosprecio
porque siempre me bastaron el corazón del hombre
la mirada del hombre
la quimera del hombre
la debilidad del hombre
que son el miedo y el valor
la piedad del hombre
las manos y los pies del hombre
las piedras esculpidas por el hombre
y su tierra labrada

siempre me bastó “hombre”
palabra que encierra todas las fuerzas conocidas
por eso no necesité vuestra fe
en la que sólo encuentro el miedo y la compasión
fetiches que acompañan la soledad del hombre
la aceptación para el vacío que nos está esperando
justo al otro lado de la calle
vuestra fe oh! sacerdotes
inspirados por el soplo de vuestro poder
empequeñecen al hombre
arman al hombre
inspiran al látigo del hombre

que dios exista no depende de vuestros preceptos
no de vuestras reglas ni escritos
no de vuestra voluntad e inspiración
si existe está en los extrarradios del saber
en la pura emoción de una pregunta incontestada
en la afirmación de la negación
en la brizna más mínima y el ser más miserable
rehaciendo al hombre en su libre quehacer cotidiano

si existe lo es a pesar de vosotros

pero no os menosprecio porque a veces
con vuestra intención servís al débil
sois la muleta del cojo
el ojo del ciego
la palabra del mudo
guía para el perdido

no necesito
que mi ataúd tenga iconos de vuestra fe
sólo esta sábana empapada bastará para salvarme
pues deseo acariciar mi cara con la tierra
y que el rocío lave mis huesos
quiero ser humus árbol sedimento del río
mota que navega a la velocidad del viento
no espíritu etéreo que no sirva a los hombres
mi libertad es el grano y la semilla
no las trompetas de vuestros paraísos
cuanto conoce mi corazón es lo que me conmueve
cuanto sale de mi corazón es lo que me ampara
cuanto impulsó a mi corazón son mis pilares
cuanto aprende mi corazón es mi sosiego
cuanto sufre mi corazón mi salvaguarda
y sólo el viento poseerá mi epitafio
sólo un papel en blanco resguardará mi nombre


( en el día 13 de Diciembre de 1950)


Vuelo de latitud a latitud

simultáneamente recorro
leguas de presente y de pasado

confuso
he levantado un cerco a mis amaneceres
usando palabras como piety
darkness silence forever
distance liberty forgetfulness

señales de una luz que lo sostuvo en la ausencia mister Benjamín

pero siempre
han estado conmigo palabras como aurora
albahaca cigüeña ánfora
constelación luz dulzura

señales de una luz que sustentó su permanencia señor Cuerda

mister Benjamín
señor Cuerda
¡pobre caballo loco que no sabe
en qué lugar abreva !



(en el día 14 de Diciembre de 1950 )



He alcanzado la sabiduría de los perdedores
el nirvana de los ascetas
el paraíso de los apátridas
la tolerancia de los descreídos
la tristeza de los sin bandera
el insomnio de los perseverantes
la marginación de los fronterizos
la rebeldía de los acorralados
el dolor de los desposeídos
la audacia de los que nada pierden
la voluntad de los que no se olvidan
la cordura de los que no perdonan
la locura de los soñadores
el valor de los que no tienen mañana
la armonía de quienes no dejan herencia
la desesperanza de los huérfanos
la rabia de los que les han arrebatado su pasado
la melancolía de aquellos que lo buscan
la desolación de quienes ven destruidas sus razones
la paz de los olvidados
la libertad de los que nada deben
y la franqueza de tantos moribundos



( en el día 15 de Diciembre de 1950 )




Rugen las avenidas como arterias voraces
de un corazón de metal que exige sacrificios

desde este lecho oigo
su fragor de actividad incesante que acorrala
a los parques
atraviesa los ríos
y delimita en perfectas cuadrículas
delineadas
numeradas
simétricas
bloques de apartamentos donde nos cobijamos
donde nos construimos pequeños mundos verticales
donde preservamos
nuestra dignidad de piel desnuda

con las sondas del silencio siento
como Jhon Peter o Marcusso
suben pesadamente los peldaños

llegan con la boca seca y el mirar aturdido
aflojado el nudo de sus corbatas

en los zapatos polvorientos traen el rugido de las avenidas
en las chaquetas arrugadas el tecleo de las oficinas
en sus overoles azules las sirenas de las fábricas
en sus uniformes sangre de combatiente anónimo
en sus corazones fe para un sueño

Jhon Peter o Marcusso que lo saben
abrirán la puerta de su apartamento
con vistas a otro apartamento
y tomarán la última cerveza
al abrigo de Sara Susan o María
mirarán sus estrellas en sus fotos de boda
se bañaran en dignidad para quitarse las manchas de atropello
con un aria de Carusso o un mambo de Pérez Prado
que se escapa desde el patio vecino
y se transportaran a la frontera azul de lo sublime
en un lecho de amor
mientras voy dando forma
a esta corona de laurel que les ofrezco
desde la balaustrada de un corazón cansado

Jhon Peter y Marcusso
héroes con nombre propio que saben que está afuera
la intemperie del claxon que demandará mañana
su silente ración de sangre espesa
con la que alimentar el corazón metálico
de las depredadoras avenidas
y se han de inmolar
con la voz queda y vocación de muertos
renovados y firmes
malditos demudados
expectantes y tensos
generosos leales
por esa causa noble que el ruido les exige
y a la hora de siempre



( en el día 16 de Diciembre de 1950)


Cuerpos amados

calor en la tiniebla

almas gemelas

sustentos generosos para tiempos confusos

luz de saber

guía fecunda en los túneles ciegos

hombres
benditos hombres de toda condición
amigos o enemigos
nómadas
de toda fe y oficio
espejos fieles
donde aprendí a mirarme
compañeros
para la misma tierra
camaradas
para la misma muerte

hoy os digo que nunca
es demasiado tarde para el perdón
ni demasiado tarde para el olvido



DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS

Este poemario , fruto de la voz del personaje Benjamín Cuerda, intelectual exiliado de su tierra y de la vida , navegante entre dos culturas , y víctima de sus fantasmas , es un trabajo que agradezco y dedico a mi padre Valentín Gómez y a mi suegro ,en su recuerdo, Francisco Souto .
También hago extensible esta dedicatoria ,en su recuerdo, a la poeta Celina Sampedro por su fe en mi poesía y sus ánimos inestimables .
Y con todo mi corazón a mi familia